SANTUARIO DE NUESTRA SEÑORA, LA SANTÍSIMA VIRGEN DE LA FUENSANTA
El Santuario de la Fuensanta, el cual se asienta sobre un antiguo pozo, debe su edificación a las diferentes apariciones que en el lugar y a lo largo de la historia han tenido, según los escritos, por parte de la Virgen María, a diferentes labradores, pastores... incluso, a principios del siglo XX a una niña de una población vecina, Cambil.
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La
tradición popular atribuye el lugar a diversas historias y tradiciones, en la
que se indica que la Virgen fue hallada en una fuente por esos lares por un
pastor de Cambil, comenzando desde ese momento una gran devoción que se
extiende por toda la comarca de Sierra Mágina. Dicho milagro parece
producirse en los últimos años de
frontera entre el Santo Reino castellano y el Reino Nazarí de Granada (segunda
mitad del siglo XVI), ya que en dicha época se pueden encontrar los primeros
documentos que señalan la existencia del templo y edificaciones anexas,
concretamente en 1560, el Obispo de Jaén descansa en dichas dependencias.
Del mismo modo, encontramos un dato del siglo XVII[1], en el que encontramos que D. Juan Fernández, vecino de Huelma, es nombrado santero. De este se extrae, por parte del Provisor y Vicario General del Obispado de Jaén:
"[…] Tenga mucho cuidado con la limpieza de dicha ermita y aseo de los altares, ornamentos y demás cosas tocantes al servicio del culto Divino y no consienta que en ellas se hagan farsas, bailes, ni concursos profanos ni ilícitos, ni consienta que en dicha ermita se recoja gente de mal vivir […]"
También se ha de resaltar que en 1666 se quiso fundar un convento franciscano en el santuario, pero se opusieron los agustinos residentes en el Convento de Santa Isabel de los Agustinos de Huelma, alegando la escasez de medios económicos de la población de la zona. Tras un tiempo en que ello parecía haberse olvidado, frailes descalzos de San Pedro de Alcántara lo volvieron a intentar cinco años más tarde, en 1671.
Más tarde, en el siglo XVIII se asentó en el Santuario una comunidad de hermanos ermitaños cuya vida estaba íntegramente dedicada a la piedad y el trabajo. Dicha fundación de eremitorio se hizo bajo el título de San Antonio Abad, siendo obra de D. Antonio García y Martínez, natural de Huelma, la cual duró hasta 1902, año en que el Obispo de Jaén, D. Salvador Castellote y Pinazo ordenara su supresión.
En lo que respecta al funcionamiento religioso de la edificación, este se ha mantenido hasta la actualidad, encargándose del mantenimiento y programa devocional la Hermandad de la Santísima Virgen de la Fuensanta y Santa Lucía, así como los párrocos de Huelma, siendo el primer sábado de septiembre su día grande, con la celebración de la Romería, siendo lugar de peregrinación y devoción de la sociedad huelmense y pueblos cercanos.
Los diferentes datos históricos hacen hipotética la idea de que se dieran construcciones desde el momento del milagro, las cuales han ido acrecentándose, así como monumentalizándose, gracias, entre otras cosas, al aumento devocional y el devenir de los tiempos, hasta el punto de que el manantial original del milagro de la aparición se integró dentro del edificio en forma de pozo.
DESCRIPCIÓN DEL MONUMENTO
Se trata de un edificio del siglo XVII, el cual cuenta con el Santuario el cual presenta una planta de una nave, con pilastras de 1 metro por 1 metro que acaban en arcos de medio punto y con un desarrollo de una bóveda de cañón, así como un camarín tras el altar mayor.
A pesar de ello podemos decir que arquitectónicamente, el edificio responde a dos periodos constructivos. El primero es el que, en su planta, elabora tres naves separadas por arcos sobre pilares toscanos, cubriéndose con bóvedas de medio cañón (esta construcción corresponde con la primera mitad del siglo XVII).
A ello hemos de añadir la cabecera, sobre elevada, cubierta por bóvedas baídas de planta rectangular en los tramos laterales, siendo semiesférica en el central delante del altar mayor, el cual es rematado, en la apertura hacia el camarín, con un arco trilobulado, siendo el lugar en que encontramos la imagen de la Santísima Virgen de la Fuensanta, y cuyo acceso se sitúa en unas escaleras desde el altar mayor, donde se pueden encontrar multitud de ofrendas de los fieles.
Todos estos últimos espacios son mucho más recientes que la edificación original, pudiendo fecharse entre finales del siglo XVIII y principios del XIX.
Además cuenta con una edificación anexa en el cual aparecen las dependencias de los antiguos residentes, los cuales custodiaban del Santuario, con un total de una planta bajo rasante, planta baja y planta primera, desde la que se accede a las cubiertas, coro y campanario.
La portada principal presenta un frontón, sobre dos columnas toscanas, resaltando el pórtico de colores ocres (ha sido muy modificado con el paso de los años) sobre el resto de paredes encaladas del edificio.
Resalta igualmente el sencillo campanario, ligeramente desviado del eje central del pórtico, en cuyo interior se alberga el cuerpo de campanas, concretamente dos, del siglo XVIII y XIX, cuyo color de revestimiento también es ocre y está definido por tres pequeñas columnas toscanas sobre las que reposan dos arcos de medio punto, y sobre ellas un pequeño y sencillo remate.
PATRIMONIO ARTÍSTICO Y MUEBLE QUE ALBERGA
Dentro del camarín existe una pintura con el retrato del hermano José del Espíritu Santo en el que se atribuye el mecenazgo de la construcción y su ornato entre 1884 y 1893. La unidad arquitectónica visible en el exterior entre la cabecera y el camarín nos lleva a la teoría de que este patronazgo supuso la remodelación del existente, así como la dotación de un programa pictórico del que se conservan tres lienzos, más el del comitente, firmados por J. Gómez, los cuales representan al Santuario con las imágenes del Corazón de Jesús y María, la Oración del Huerto y la Adoración de los Reyes. Los otros tres lienzos que completan la serie, de peor calidad, fueron realizados por el pintor de Pegalajar Juan Almagro en 1940.
El programa decorativo continúa en la parte alta con dos vidrieras de buena calidad que representan la Anunciación y la Virgen de la Fuensanta, las cuales fueron donadas por la familia García Bayona Vidal, según consta en la inscripción de uno de los vitrales.
La imagen original de la Stma. Virgen de la Fuensanta fue destruida en 1936, siendo la actual una copia de la primera, realizada como imagen de vestir por el escultor José Navas-Parejo Pérez (1883-1953). Esta tiene un importante ajuar, destacando la orla y el cetro de plata, así como una corona de metales nobles con incrustaciones de perlas y un diamante, fechada en 1960. Hay que destacar que tras un robo sufrido en la madrugada del día 28 de diciembre de 2012, día de los Santos Inocentes, en que se sustrajeron del camarín algunas joyas a la imagen, también se robó el Niño Jesús que porta, por lo que el actual es obra del imaginero toxiriano D. José Miguel Tirao Carpio, realizado en abril de 2013.
De igual forma, podemos encontrar un cuadro datado el 10 de agosto de 1868 conservado en la sacristía de la iglesia parroquial de la Inmaculada Concepción de Huelma, representando el altar mayor del Santuario antes de la Guerra Civil.
Este modelo gráfico, con variantes puntuales, fue estampado en litografías sobre papel y tela, conservándose bastantes ejemplares entre vecinos.
En este quedan representados el altar mayor de la Virgen de la Fuensanta, enmarcado por un retablo definido por columnas pareadas que permiten la presencia de San Pedro y San Pablo en los laterales, bajo los cuales encontramos a dos personajes arrodillados, uno a cada lado, que se refieren a los pastores que protagonizaron el milagro de la aparición de la Santísima Virgen María.
En la parte superior aparecen dos figuras femeninas, Santa Bárbara y Santa Catalina de Alejandría. En el centro un cuadro que representa la coronación de la Virgen por la Trinidad, e inmediatamente debajo la imagen del Santo Rostro. Más arriba, el conjunto se remata con un cortinaje sujeto por angelotes.
En el actual retablo (de similares características al del lienzo con iconografía detallada anteriormente) conserva el lienzo de la coronación de la Virgen en el mismo lugar que antes de la Contienda de 1936-1939, así como los pastores en la parte inferior, si bien son de nueva factura, sin embargo, las cuatro advocaciones que rodeaban a la imagen de la patrona se han sustituido por la de los Cuatro Evangelistas, pues hemos de considerar que toda la imaginería, no sólo de este santuario, sino de las diferentes iglesias y conventos de Huelma fueron destruidos en la Guerra Civil Española.
En lo que respecta al remate del retablo, lo encontramos muy colorido, con columnas y molduras revestidas con pan de oro, así como finos marmolados en el fondo del conjunto.
[1] Dato extraído del Archivo Histórico Diocesano de Jaén, referenciado por D. Rafael López Guzmán en la edición "Huelma, Arte y Cultura"
Del mismo modo, encontramos un dato del siglo XVII[1], en el que encontramos que D. Juan Fernández, vecino de Huelma, es nombrado santero. De este se extrae, por parte del Provisor y Vicario General del Obispado de Jaén:
"[…] Tenga mucho cuidado con la limpieza de dicha ermita y aseo de los altares, ornamentos y demás cosas tocantes al servicio del culto Divino y no consienta que en ellas se hagan farsas, bailes, ni concursos profanos ni ilícitos, ni consienta que en dicha ermita se recoja gente de mal vivir […]"
También se ha de resaltar que en 1666 se quiso fundar un convento franciscano en el santuario, pero se opusieron los agustinos residentes en el Convento de Santa Isabel de los Agustinos de Huelma, alegando la escasez de medios económicos de la población de la zona. Tras un tiempo en que ello parecía haberse olvidado, frailes descalzos de San Pedro de Alcántara lo volvieron a intentar cinco años más tarde, en 1671.
Más tarde, en el siglo XVIII se asentó en el Santuario una comunidad de hermanos ermitaños cuya vida estaba íntegramente dedicada a la piedad y el trabajo. Dicha fundación de eremitorio se hizo bajo el título de San Antonio Abad, siendo obra de D. Antonio García y Martínez, natural de Huelma, la cual duró hasta 1902, año en que el Obispo de Jaén, D. Salvador Castellote y Pinazo ordenara su supresión.
En lo que respecta al funcionamiento religioso de la edificación, este se ha mantenido hasta la actualidad, encargándose del mantenimiento y programa devocional la Hermandad de la Santísima Virgen de la Fuensanta y Santa Lucía, así como los párrocos de Huelma, siendo el primer sábado de septiembre su día grande, con la celebración de la Romería, siendo lugar de peregrinación y devoción de la sociedad huelmense y pueblos cercanos.
Los diferentes datos históricos hacen hipotética la idea de que se dieran construcciones desde el momento del milagro, las cuales han ido acrecentándose, así como monumentalizándose, gracias, entre otras cosas, al aumento devocional y el devenir de los tiempos, hasta el punto de que el manantial original del milagro de la aparición se integró dentro del edificio en forma de pozo.
DESCRIPCIÓN DEL MONUMENTO
Se trata de un edificio del siglo XVII, el cual cuenta con el Santuario el cual presenta una planta de una nave, con pilastras de 1 metro por 1 metro que acaban en arcos de medio punto y con un desarrollo de una bóveda de cañón, así como un camarín tras el altar mayor.
A pesar de ello podemos decir que arquitectónicamente, el edificio responde a dos periodos constructivos. El primero es el que, en su planta, elabora tres naves separadas por arcos sobre pilares toscanos, cubriéndose con bóvedas de medio cañón (esta construcción corresponde con la primera mitad del siglo XVII).
A ello hemos de añadir la cabecera, sobre elevada, cubierta por bóvedas baídas de planta rectangular en los tramos laterales, siendo semiesférica en el central delante del altar mayor, el cual es rematado, en la apertura hacia el camarín, con un arco trilobulado, siendo el lugar en que encontramos la imagen de la Santísima Virgen de la Fuensanta, y cuyo acceso se sitúa en unas escaleras desde el altar mayor, donde se pueden encontrar multitud de ofrendas de los fieles.
Todos estos últimos espacios son mucho más recientes que la edificación original, pudiendo fecharse entre finales del siglo XVIII y principios del XIX.
Además cuenta con una edificación anexa en el cual aparecen las dependencias de los antiguos residentes, los cuales custodiaban del Santuario, con un total de una planta bajo rasante, planta baja y planta primera, desde la que se accede a las cubiertas, coro y campanario.
La portada principal presenta un frontón, sobre dos columnas toscanas, resaltando el pórtico de colores ocres (ha sido muy modificado con el paso de los años) sobre el resto de paredes encaladas del edificio.
Resalta igualmente el sencillo campanario, ligeramente desviado del eje central del pórtico, en cuyo interior se alberga el cuerpo de campanas, concretamente dos, del siglo XVIII y XIX, cuyo color de revestimiento también es ocre y está definido por tres pequeñas columnas toscanas sobre las que reposan dos arcos de medio punto, y sobre ellas un pequeño y sencillo remate.
PATRIMONIO ARTÍSTICO Y MUEBLE QUE ALBERGA
Dentro del camarín existe una pintura con el retrato del hermano José del Espíritu Santo en el que se atribuye el mecenazgo de la construcción y su ornato entre 1884 y 1893. La unidad arquitectónica visible en el exterior entre la cabecera y el camarín nos lleva a la teoría de que este patronazgo supuso la remodelación del existente, así como la dotación de un programa pictórico del que se conservan tres lienzos, más el del comitente, firmados por J. Gómez, los cuales representan al Santuario con las imágenes del Corazón de Jesús y María, la Oración del Huerto y la Adoración de los Reyes. Los otros tres lienzos que completan la serie, de peor calidad, fueron realizados por el pintor de Pegalajar Juan Almagro en 1940.
El programa decorativo continúa en la parte alta con dos vidrieras de buena calidad que representan la Anunciación y la Virgen de la Fuensanta, las cuales fueron donadas por la familia García Bayona Vidal, según consta en la inscripción de uno de los vitrales.
La imagen original de la Stma. Virgen de la Fuensanta fue destruida en 1936, siendo la actual una copia de la primera, realizada como imagen de vestir por el escultor José Navas-Parejo Pérez (1883-1953). Esta tiene un importante ajuar, destacando la orla y el cetro de plata, así como una corona de metales nobles con incrustaciones de perlas y un diamante, fechada en 1960. Hay que destacar que tras un robo sufrido en la madrugada del día 28 de diciembre de 2012, día de los Santos Inocentes, en que se sustrajeron del camarín algunas joyas a la imagen, también se robó el Niño Jesús que porta, por lo que el actual es obra del imaginero toxiriano D. José Miguel Tirao Carpio, realizado en abril de 2013.
De igual forma, podemos encontrar un cuadro datado el 10 de agosto de 1868 conservado en la sacristía de la iglesia parroquial de la Inmaculada Concepción de Huelma, representando el altar mayor del Santuario antes de la Guerra Civil.
Este modelo gráfico, con variantes puntuales, fue estampado en litografías sobre papel y tela, conservándose bastantes ejemplares entre vecinos.
En este quedan representados el altar mayor de la Virgen de la Fuensanta, enmarcado por un retablo definido por columnas pareadas que permiten la presencia de San Pedro y San Pablo en los laterales, bajo los cuales encontramos a dos personajes arrodillados, uno a cada lado, que se refieren a los pastores que protagonizaron el milagro de la aparición de la Santísima Virgen María.
En la parte superior aparecen dos figuras femeninas, Santa Bárbara y Santa Catalina de Alejandría. En el centro un cuadro que representa la coronación de la Virgen por la Trinidad, e inmediatamente debajo la imagen del Santo Rostro. Más arriba, el conjunto se remata con un cortinaje sujeto por angelotes.
En el actual retablo (de similares características al del lienzo con iconografía detallada anteriormente) conserva el lienzo de la coronación de la Virgen en el mismo lugar que antes de la Contienda de 1936-1939, así como los pastores en la parte inferior, si bien son de nueva factura, sin embargo, las cuatro advocaciones que rodeaban a la imagen de la patrona se han sustituido por la de los Cuatro Evangelistas, pues hemos de considerar que toda la imaginería, no sólo de este santuario, sino de las diferentes iglesias y conventos de Huelma fueron destruidos en la Guerra Civil Española.
En lo que respecta al remate del retablo, lo encontramos muy colorido, con columnas y molduras revestidas con pan de oro, así como finos marmolados en el fondo del conjunto.
[1] Dato extraído del Archivo Histórico Diocesano de Jaén, referenciado por D. Rafael López Guzmán en la edición "Huelma, Arte y Cultura"