ANTIGUA ERMITA DE SAN SEBASTIÁN
Conocido popularmente como El Santo, esta ermita tiene como advocación a San Sebastián Copatrón de Huelma que ocuparía la Capilla Mayor y que ha albergado históricamente otras advocaciones que procesionaban desde allí en Semana Santa : San Juan, La Dolorosa, La Verónica o el Santo Sepulcro.
En el siglo XVI tuvo gran relevancia por su cofradía la cual tenía mucha importancia como demuestran los numerosos testamentos de la época.
A finales del siglo XVIII en 1981 el Alcalde de Ogayar solicita al obispo que le ceda la ermita de San Sebastián para habilitarla como hospital de pobres debido a la proliferación en esta época de enfermedades contagiosas que requerían aislamiento, ya que San Sebastián es una advocación protectora contra la peste y la enfermedades contagiosas, y es por eso que la encontramos ubicada en un promontorio natural, el más alto de la población, protegiendo desde esa altura a todos los vecinos de Huelma.
Originalmente su planta fue de cruz latina, pero hoy día esta ermita conserva la nave central cubierta con bóveda y la puerta principal de acceso, situando la Capilla Mayor orientada al nacimiento del sol y los pies de la misma a su puesta.
La portada en su fachada norte es adintelada y tallada en piedra de cantería. En la parte central del dintel aparece un óvalo con la inscripción IHS que corresponde a la abreviatura del nombre de Jesús en letras griegas mayúsculas: IHSOUS. A ambos lados de esta inscripción central encontramos una decoración con formas geométricas (rombos) y adornos florales. Estas flores bien podrían ser girasoles, plantas que se han considerado siempre talismanes contra la peste y enfermedades contagiosas además de servir para ahuyentar a las brujas.
Pasó a manos privadas a finales de este siglo en una de las últimas desamortizaciones habiendo sido propiedad de varios vecinos.
Está considerado como inmueble protegido, ya que cambió su uso a principios del siglo XX para ser un almacén de chatarra, por lo que su estado de conservación es alarmante.
La imagen de San Sebastián fue quemada durante la Guerra Civil y pasados unos años después de terminada esta, fue donada otra imagen por Don Sebastián Amaro, la cual ha estado en su capilla hasta los años noventa cuando desapareció durante una remodelación de la misma.
En las fiestas de Semana Santa esta ermita estaba dentro del recorrido tradicional de penitencia de todas las cofradías y hermandades.
Junto a la misma, en su fachada oeste y a sus pies encontramos adosada una fuente del siglo XIX, entre dos de los grandes contrafuertes que sujetan la cubierta. Inicialmente situada en plaza Nueva, pero que se trasladó a este nuevo emplazamiento, la cual es popularmente conocida por "Fuente del Santo", siendo ejecutada en piedra de cantería.
En el siglo XVI tuvo gran relevancia por su cofradía la cual tenía mucha importancia como demuestran los numerosos testamentos de la época.
A finales del siglo XVIII en 1981 el Alcalde de Ogayar solicita al obispo que le ceda la ermita de San Sebastián para habilitarla como hospital de pobres debido a la proliferación en esta época de enfermedades contagiosas que requerían aislamiento, ya que San Sebastián es una advocación protectora contra la peste y la enfermedades contagiosas, y es por eso que la encontramos ubicada en un promontorio natural, el más alto de la población, protegiendo desde esa altura a todos los vecinos de Huelma.
Originalmente su planta fue de cruz latina, pero hoy día esta ermita conserva la nave central cubierta con bóveda y la puerta principal de acceso, situando la Capilla Mayor orientada al nacimiento del sol y los pies de la misma a su puesta.
La portada en su fachada norte es adintelada y tallada en piedra de cantería. En la parte central del dintel aparece un óvalo con la inscripción IHS que corresponde a la abreviatura del nombre de Jesús en letras griegas mayúsculas: IHSOUS. A ambos lados de esta inscripción central encontramos una decoración con formas geométricas (rombos) y adornos florales. Estas flores bien podrían ser girasoles, plantas que se han considerado siempre talismanes contra la peste y enfermedades contagiosas además de servir para ahuyentar a las brujas.
Pasó a manos privadas a finales de este siglo en una de las últimas desamortizaciones habiendo sido propiedad de varios vecinos.
Está considerado como inmueble protegido, ya que cambió su uso a principios del siglo XX para ser un almacén de chatarra, por lo que su estado de conservación es alarmante.
La imagen de San Sebastián fue quemada durante la Guerra Civil y pasados unos años después de terminada esta, fue donada otra imagen por Don Sebastián Amaro, la cual ha estado en su capilla hasta los años noventa cuando desapareció durante una remodelación de la misma.
En las fiestas de Semana Santa esta ermita estaba dentro del recorrido tradicional de penitencia de todas las cofradías y hermandades.
Junto a la misma, en su fachada oeste y a sus pies encontramos adosada una fuente del siglo XIX, entre dos de los grandes contrafuertes que sujetan la cubierta. Inicialmente situada en plaza Nueva, pero que se trasladó a este nuevo emplazamiento, la cual es popularmente conocida por "Fuente del Santo", siendo ejecutada en piedra de cantería.